lunes, 27 de abril de 2009

Campaña:Oscurida y Muerte

Durante los primeros doce años en el planeta muerto 975.25 nadie sabía con certeza porque se colonizó de nuevo. El planta estuvo olvidado y perdido entre los archivos del Administratum, nadie recuerda o sabe porque fue en su día arrasado por antiguo armamento, lo suficientemente potente para destruir su superficie pero no para destruirlo por completo como es habitual en estos días…
Ahí, perdido en una galaxia de mundos explotados hace milenios, alejado de los sistemas habitados, este planeta muerto 975.25, uno de los planetas desérticos más antiguos del universo conocido, sin ninguna utilidad, sin ningún objetivo a ganar en una colonización, su temperatura asciende a niveles que pocas criaturas toleran, supurante de magma como un ser destripado que se aferra a sobrevivir a su lenta muerte. Sólo en uno de sus diminutos continentes, situado en el extremo de uno de sus polos, existen los escasos recursos para su ocupación, vegetación que se ha abierto paso durante miles de años en un clima menos corrosivo, incluso suficiente agua para la supervivencia humana.
En este rincón es donde las fuerzas del emperador crearon su pequeño reducto de civilización, pequeñas ciudades con su capital, incluso un espacio puerto, con su estación espacial para facilitar el transporte a la superficie del planeta, y facilitar el aterrizaje de pequeñas aeronaves de forma rápida y eficaz entre los terrenos accidentados del continente. Y lo mas importante, un complejo científico de considerable importancia.
Pocos son los que realmente saben lo que el Emperador busca en este planeta, para la gran mayoría de sus habitantes es un castigo de el propio emperador, un cruel destino donde terminar sus últimos días a su servicio. Su fuerza militar planetaria esta compuesta por reductos de regimientos, que estando al borde de la extinción, no se han repoblado si no que se les ha mandado al planeta como retiro y última misión, gente con experiencia en la Guardia Imperial, pero que han sido víctimas de grandes masacres y que apenas conocen el significado de victoria.

A los doce años, la Guardia Imperial ya estaba organizada, cientos de mineros y maquinaria pesada removían el suelo del planeta sin saber lo que buscaban por órdenes de la comandancia. Los ánimos eran de lo peor que puede imaginar alguien, trabajadores que no entendían el porqué de estar en ese infierno, vigilados por un ejercito compuesto de restos de perdedores, en un planeta donde ni se esperaban un saqueo orko, ni que esas cucarachas engrandecidas encontraran suficiente alimento para parar a repostar. Entonces fue cuando sufrieron sus primeros encuentros, alienígenas saboteando sus trabajos, Eldars para ser concretos. Nadie sabe como llegaron ni cuando, la estación espacial no detecto nada, pero los eldars por lo que parece, tenían su escondite en ese infierno, y eran muchos pero sólo se limitaban a atacar a sitios estratégicos, no atacaron nunca ninguna ciudad.

Al notificar los ataques a Comandancia, se recibieron refuerzos, se triplicaron las fuerzas militares en el planeta y mandaron fuerzas de elite y mecanizadas. Esto animó tanto a la población como a las tropas, ya que por primera vez se veían involucrados en algo importante, por primera vez sentían estar ahí por un motivo que dado el coste que estaba suponiendo, tenia que ser muy importante. Los habitantes rumoreaban que fuera una PCE nueva que cambiaría la historia. Era el único motivo de justificar tal despliegue en un sitio como este, la búsqueda de tecnología olvidada para poder copiarla para fines militares…..

No pasaron ni dos años antes de que un manto de disformidad empezara a cubrir el planeta y que la estación espacial fuera destruida de la orbita del planeta, las ultimas comunicaciones sólo revelaban una gran monstruosidad, cruceros del caos se acercaban a gran velocidad, transportando un ejercito que ninguno de los habitantes del planeta ni podría imaginar. Se sacrificaron todos los Astrópatas de que se disponía para mandar un único mensaje de socorro al imperio con la noticia y se empezó a planear una defensa a gran escala, sin probabilidad de soportar la embestida que se les avecinaba. Sólo esperaban que si fuerzas del imperio estaban lo suficientemente cerca acudieran.
Al día siguiente el comandante de la gloriosa Guardia Relwen no daba crédito a lo que sus ojos vieron, un increíble ejercito Eldar apareció de la nada, no podía creer que tal fuerza estuviera escondida en el planeta, escondida en las zonas habitables del planeta. Viéndose entonces acorralado en dos frentes y aterrorizado por una derrota mas rápida de la que esperaban, Se sorprendieron al ver una comitiva desarmada que dio su claro mensaje de tregua y alianza ante un mal supremo. Pero Relwen nunca obtuvo respuesta a la pregunta de por que estaban allí, sólo un silencio intranquilizador….. y ya era demasiado tarde para exigir una respuesta a sus superiores, sólo podía esperar refuerzos al mensaje mandado al espacio.

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